Si ese tío tuviera un buen coche, estoy casi seguro de que no me suspendería siempre, porque un tío que tiene un buen coche no necesita suspender a la gente para sentirse importante: sería lo mismo que si te estuvieras ...
Romeo, un idiota con balcones a la calle
Él me preguntó, de un modo algo florido, si yo no sentía una poética simpatía hacia Romeo y el romanticismo de trepar a un balcón. Preferí no contestarle; pero mi amigo el doctor, que, quizá llevado de una curiosidad ...
Esperanza y la maldita ciencia
(Al Alcalde bueno) En aquellos días, un artículo sobre el calor no podía tener éxito si no anunciaba el fin de las altas temperaturas. Pero Santomauro no se atrevía a escribir tal cosa, porque, científicamente, nada permitía presagiar que iba a terminar el calor. Gaetanino se impacientaba: "Profesor, en esto la ciencia no tiene nada ...
Narcisa
(...) nunca supe cómo se ama... Sólo supe cómo se sueña amar... Si me gustaba ponerme anillos de mujer en mis dedos era porque a veces me gustaba tomar mis manos de joven por las manos de una princesa, y pensar que yo era, al menos en ese gesto de mis manos, la persona a ...
Dos corredores muertos
Hay momentos en los que hasta tengo la impresión de que, al volver la esquina, voy a encontrármelos corriendo de frente hacia mí, en silencio, exhalando vaho blanco por la boca. Y siempre pienso lo siguiente: los sentimientos de ambos, que soportaron tan duros entrenamientos, sus proyectos, sus sueños, los deseos y esperanzas que albergaban ...
Por Dios
La enorme vanidad en el trato con Dios, como si cada cual exclamase todo el tiempo: ¡A su imagen y semejanza!, ¡a su imagen y semejanza! Elías Canetti, Apuntes I ("La provincia del hombre"), 1945.
La justa medida
Sólo es bueno odiarse a veces, no con demasiada frecuencia; de lo contrario uno vuelve a necesitar muchísimo odio contra los demás, para compensar el odio hacía sí mismo. Elías Canetti, Apuntes I ("La provincia del hombre"), año 1946.
Ut des
––Salvador Dalí, ¿qué es un payaso? ––Un payaso es usted, un señor que da risa cada vez que hace una pregunta. Salvador Dalí, Iluminaciones y anécdotas, p. 103.
¿De verdad la verdad?
¿Acaso el hombre, tal como pretende, desea conocer la verdad? ¿Acaso desea, cuando la conoce, sacar partido de ella? ¿Acaso desea la libertad? ¿La justicia? ¿Acaso desea, incluso, la prosperidad? Llegamos a dudar de ello cuando asistimos al espectáculo de tantas personas inteligentes que, resguardadas en una democracia de progreso social, han escogido con pleno ...
Revolucionarios
El francés ha conservado la costumbre y las tradiciones de la revolución. Lo único que ha perdido son las agallas. Se ha vuelto funcionario, pequeño burgués y modistilla. (...) Conspira con autorización oficial. Arregla el mundo sin despegar el culo del sillón. Albert Camus, Carnets (2), Cuaderno IV (ene. 1942 - sep. 1945). *** Yo me fui enterando ...
«Un hombre laberíntico no busca jamás la verdad
sino siempre y únicamente a Ariadna". Albert Camus, Carnets (3).
Noticia
Estimado lector: A lo largo de la vida copié en cuadernos versos breves y fragmentos en prosa que me parecieron muy atinados, o muy hermosos, o muy absurdos. Hoy me resuelvo a publicarlos con el título De jardines ajenos. Ojalá te diviertan. Adolfo Bioy Casares. Buenos Aires, 1994. Mario Noya, 2010.