Romeo, un idiota con balcones a la calle

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Él me preguntó, de un modo algo florido, si yo no sentía una poética simpatía hacia Romeo y el romanticismo de trepar a un balcón. Preferí no contestarle; pero mi amigo el doctor, que, quizá llevado de una curiosidad puramente botánica, examinaba atentamente la enredadera, dijo con elegante mordacidad: «¿No es una corrosiva parodia de Romeo que hasta un hierbajo como éste sepa trepar a un balcón? En cambio, es muy infrecuente que una planta tropical sepa tocar la campanilla y entrar por la puerta. Trepar no acaba de ser una actividad que exija grandes dotes intelectuales».

G. K. Chesterton, «El terrible trovador», Las paradojas de Mr. Pond.

1 Comment
  • José Manuel
    junio 22, 2010

    ¡Brillante!

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