(…) en las presidenciales de 2012, las últimas de Chávez, y las de 2013, que tuvieron a Maduro como candidato, activistas del chavismo fueron los encargados de manejar en los centros electorales la maquinaria de identificación de electores y la de votación, en connivencia con el Centro Nacional Electoral (CNE). Eso facultó alimentar un sistema informático paralelo al del CNE (…) coordinado por Cuba, Dos figuras del chavismo han admitido privadamente que se falsificaron cientos de miles de votos para Maduro; es decir, que el opositor Henrique Capriles ganó las elecciones.
[…]Hacia las 11.30 horas Capriles (…) tenía una ventaja de cuatrocientos mil votos, según vio [Leamsy] Salazar [exguardaespaldas de Chávez y Cabello]. (…) El día pasaba y la perspectiva de la derrota estaba haciendo enfurecer a la cúpula chavista. «Maldita sea, ¿vamos a permitir que esta mierda de elecciones las gane este marico el coño de Capriles», preguntó Cabello (…) hacia las cuatro de la tarde Capriles seguía arriba, según nuestro testigo, por 220.000 votos. Había entonces que romper la baraja.
«Es cuando ese día se cayó el sistema de internet. Al poco salió en público [el vicepresidente Jorge] Arreaza anunciando que había habido un problema con internet y que se estaba arreglando. Cuando se restituyó el servicio las pantallas de las computadoras comenzaron a revertir la situación: iban llegando más votos para Maduro». (…) Al final de la noche, el CNE proclamó vencedor a Maduro por una diferencia de 223.599 votos: le atribuyó 7.587.579 (50,6 por ciento), frente a los 7.363.980 de Capriles (49,1 por ciento). (…) poco antes de las seis de la tarde, cuando debían cerrar los centros electorales, el CNE anunció que prorrogaba el horario hasta las ocho allí donde se necesitara. El vuelco se dio en ese tiempo supletorio. (…) los votos para Maduro fueron más abundantes en los centros que demoraron su cierre, con un inexplicable pico, del todo anómalo, especialmente pronunciado entre las 19.30 y las 20.05 horas. El guardaespaldas de Cabello confirma que cuando el 75 por ciento de los centros habían enviado ya sus resultados, Capriles seguía estando en cabeza.
(…) en el censo –el Registro Electoral Permanente (REP), que el CNE niega a la oposición– hay 1.878.000 electores más que el número de personas mayores de 18 años incluidas en el registro oficial de identificación. (…)
(…)
El corte de internet y de suministro de energía eléctrica en ciertos lugares también fue propiciado por la cúpula del PSUV [Partido Socialista Unido de Venezuela] para hacer frente a un ataque recibido en su sistema informático paralelo. Jorge Rodríguez [alto cargo chavista] dio la voz de alarma públicamente al ver cómo una operación de hackeo antichavista estaba dañando información del REP –el listado de votantes– con el objetivo de eliminar nombres repetidos u otros rastros de electores ficticios. Eso posiblemente había evitado que cerca de novecientas mil identidades falsas tuvieran capacidad de votar. Restaurado el servicio de internet, quizás parte de esos votos pudieron emitirse, pues durante el apagón el chavismo logró colocar un duplicado tomado de su sistema de respaldo, pero la hora de cierre se estaba echando encima. Entre las seis y las ocho, Maduro recibió más de seiscientos mil votos, un volumen que materialmente no era posible sumar mediante el procedimiento natural de votación. (…)
La emisión de un monto tan grande de votos en escaso tiempo lleva a Umberto Villalobos [fundador de Esdata] a pensar que el giro final se debió al voto digital, cuya existencia siempre se temió: la posibilidad de que desde un servidor central se cambiaran los dígitos de las totalizaciones.
Emili J. Blasco, Bumerán Chávez.
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