Un país que a mi juicio tenemos que envidiar, del que sentir[nos] celosos, por razones totalmente [ajenas] a su riqueza, a su poder, etcétera. ¿Sabes por qué? Porque nació de una necesidad del alma, la necesidad de tener una patria, y de la idea más sublime que los hombres hayan jamás concebido: la idea de la Libertad desposada con la idea de Igualdad.
Oriana Fallaci, La rabia y el orgullo, La Esfera, Madrid, 2002, p. 76.
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